Escribo menos, por muchos motivos. Y no todos ellos malos, hay que decirlo.
Porfesionalmente tengo un pico de trabajo que me agota mentalmente y esquilma mi tiempo. Las reuniones no ayudan, y las setas y los incendios a apagar tampoco.
En lo personal todo me está dando vueltas. Como si me hubiera atropellado un autobús y estuviera en el suelo, preguntando qué ha sido eso. No es nada malo, es más bien locura y revulsivos que ponen de nuevo el miedo en el cuerpo, otra vez tensión que me saca del tedio.
Así que perdonadme estos días. La reunión que tengo en 10 minutos tampoco ayuda. Y yo que mentalmente había preparado una entrada más inspirada…