Llevo mucho tiempo, creo que desde que tuve que abandonar este blog, un poco desilusionado.
Tuve que abandonarlo que una banda de lobos hijos de puta (para qué andarnos con remilgos cuando hay confianza) comenzaron a utilizarlo para atacarme y desacreditarme. Malas personas que, además, manejan nuestras vidas y nuestras haciendas. Malas personas.
Cerré mi página personal y me escondí, pero el trabajo de cavar trincheras, defender el fuerte, acarrear munición y defenderse de las cuchilladas traicioneras deja poco espacio a la poesía.
Y el tiempo fue pasando. Me hice más mayor, más viejo, menos sabio. Muchas decepciones y muchas traiciones, y alcancé la certeza de que no cumpliría mis sueños nunca más. Tarde otra vez.
Así que ahora estoy aquí, en medio de la nada, blandiendo mi espada con mano aún firme
A pesar de que mucho se ha perdido, queda mucho; y, a pesar de que no tenemos ahora el vigor que antaño movía la tierra y los cielos, lo que somos, somos: un espíritu ecuánime de corazones heroicos, debilitados por el tiempo y el destino, pero con una voluntad decidida a combatir, buscar, encontrar y no ceder.
con toda mi carga vital en la mochila, sabiéndome de memoria las reglas y un buen puñado de excepciones; resignado a esta vida insulsa, a este descenso a los infiernos con mi condena y mis errores, sabiendo que no te encontraré nunca, entre otras cosas porque se me han ido las ganas de ti, porque hay errores que no terminamos de pagar nunca.