Lo cierto es que se avecinan problemas graves, pero igual ya va siendo hora de morirse.
Total, para seguir caminando sin saber a dónde se va, para seguir en círculos mientras el combustible desciende, puede que ésta no sea una mala solución: morirse.
Por cierto: me apetece poner la tilde en ésta.
Quizá sea lo único que me ha apetecido hoy.
Igual debo calmarme un poco, serenarme, coger perspectiva o una cogorza, volver a ser masa pegajosa, dormir por fin a tu lado para besarte la espalda y sentirme feliz.