Como bien dijo el Talmud, he traído un nuevo ser a este mundo desgraciado a sufrir. Si tuviéramos sentido común no nos alegraríamos en estos momentos: la incertidumbre a la que la abocamos no es plato de buen gusto. Pero sigamos las modas y digamos que la madre y la niña (Lucía) están bien, y todo va de maravilla.
Mi subvida pasa a ser infravida. Feliz día de la marmota.