Una gitana me leyó las líneas de tu escote en la puerta de tu casa, y tengo que reconocer que se cumplieron sus malos presagios. Al final todo acabó en nada; fallaron las tácticas, y por tanto la estrategia, y acabé, por tanto, en esta playa desierta abarrotada de gente, en esta eterna tarea de mover piedras de un sitio a otro.

Me estoy cansando de esta vida, cargada de libros y quehaceres, con tan poco amor, con tanto ruido. Después de tanta guerra, l insulso, el tedio mezclado de marasmo ha tomado mi vida. El tiempo se ha escapado, y todo mi arsenal se vació en el vano asedio a tu corazón. Rebusco en mi cartuchera y solo quedan 5 balas de plata, reservadas para ocasiones muy especiales. Todo ha acabado, yo estoy acabado.

Así que, puestos a aburrirse, mejor donde nadie me conozca; mejor donde cada mañana tú me des esperanzas y valor y coraje y ganas de plantarle cara al mundo; donde una casa sea un refugio donde me esperes tú, y no esa sombra cargada de reproches que me dejaste, ese mensaje sin desenlace a medio escribir en la nevera, esa foto que ya no dice nada a ninguno de los dos.