Voy a dedicarme este mes a esto de echarme de menos. Que no estoy bien, lo sé. Que solo quiero dormir y olvidar y que el tiempo pase en Oniria, donde todo tiene remedio.
Así que me cojo este mes de agosto, como funcionario de pro, para intentar echarme de menos y encontrarme de una vez. Porque lo de echarte de menos o encontrarte lo acabo de descartar por imposible.
Lo tengo difícil, por muchas cosas: la urgencia no pide permiso y la guerra sigue, sigue la sucesión de batallas ganadas y perdidas, sigue el bombardeo sin tregua a la vista. Y yo aquí, que solo quiero dormir para ver si hay suerte y sueño contigo.
Así que nos vemos en septiembre, o al menos eso espero. Quizá os mande alguna postal de mis vacaciones, sonriendo desde lo alto de la torre Eiffel o en los paisajes de ensueño de Córcega, o allí donde quiera que los sueños me lleven.
Besos.