¿Y si un día algo vuelve a salir bien?
Hay que buscar amaneceres sin futuro, donde nada esté escrito, donde cada una de las opciones no estén holladas, exploradas, agotadas por tantos pasos cansados y desmotivados.
¿Y si pudiéramos dormir y leer y viajar y mirarnos a los ojos? Nada más.