Estos días estuve buscando una isla desierta para perderme, pero ni siquiera Google ha podido encontrarla para que nos perdamos tú y yo.
He tratado de encontrarte en las calles, de soñarte en mi cama vacía; de imaginar todo lo que pudimos ser y tiramos por la borda, de imaginarte en mi cama y en mis brazos y en mi copa.
Pero no hay manera. No puedo hacerlo, ni imaginarte, ni quererte, ni desearte. Será que algo se ha roto del todo en mí.
O será el tiempo, que me podido de una vez por todas.
Y no me resigno a rendirme y entregar armas y bagajes al tedio, a la parca o a la costumbre; quiero gritar, bailar, beber, follar, tener ganas de todo.
Hazme una señal, dame pie para que entre en tu escena y me coma el mundo, empezando por tu boca.