A uno le da por pensar. Con poca batería, y en tierra de infieles, simplemente piensas. Analizas. Rememoras. Y como siempre, todo suele encajar.
O quizá nos mentimos, y tratamos de hacerlo encajar ahora a macha y martillo, justificamos los errores diciendo que ya lo sabíamos.
En fin, que aquí estamos, como en Río Bravo, echando las ultimas a suerte y tratando de sacar alguna lección que haga que todo merezca la pena.
Mientras tanto, siempre en la brecha, nunca hubo otra opción.
Besos.