Todavía en estado de shock, esta vez es diferente. Tiene que serlo. Espero haber aprendido algo, ahora mismo que todo el dolor se agolpa en mis sienes, y sigo sin saber qué hacer.
Siguen todas las preguntas en el aire, siguen las ruinas de Madrid y tantos sitios, los ecos de tantas canciones, los futuros que fueron cayendo uno a uno, como un dominó maldito, mientras yo perdía el control, la partida, la música, los papeles.
Ahora mismo no puedo sino desangrarme hasta que no quede nada dentro de mí, y mañana empezar a caminar, a reconquistar Madrid, a volver a levantarme, a tomar notas y vivir con lo aprendido, a recuperar la ternura, la esperanza, a seguir creyendo en mí y en mis compañeros, a empezar de cien y me llevo una, más viejo, más herido, y creo que un poco más sabio, porque en esta oscuridad, acabo de encontrar la luz de mí mismo.
Me costará reconocer qué estuvo bien y qué mal, qué fue verdad y cuánta mentira brotó de nuestros corazones. Espero que todo esto sirva para respetarme un poco más, y a hacer lo que debo hacer, aunque duela.
No me pienso rendir, nunca lo hice. Sé que todo va a ir a su sitio.