Propósitos para 2025

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En mi pecho, El último de la fila

Se acaba 2024, y por extraños designios del destino y de amistades desconocidas, he recordado que hacía esta entrada, todos los años. Así que vuelvo, a este abandonado rincón de mi alma, que tanto me sanaba.

Y es que todo está relacionado. Me he descuidado, me he abandonado, he dejado de cuidarme por errores inconfesables, y he dejado de ser yo.

He decidido cuidarme en 2025. He decidido escucharme, tanto al corazón como a la cabeza, y no devanarme en loco intento de alcanzar la felicidad a través de otros. No estoy bien, no lo he estado, y es algo que he tratado de ocultarme, huyendo hacia no sé dónde, cuando en realidad corría de mí.

Este año 2025 voy a escucharme. Voy a hablar conmigo, voy a ser sensato, cuidadoso conmigo y con los demás. Voy a hacer caso a todas las señales de alarma que me llegan. Voy a buscar la suavidad, la paz, el calor del cariño y del amor, la ternura, la sinceridad absoluta, la paz conmigo mismo. No puedo ser bueno con nadie si no lo soy conmigo, si no soy sincero conmigo ni peleo las batallas que debo pelear.

Conversaciones con un buen amigo que escucha a Bisbal sin inmutarse (no os preocupéis, me ha pedido la eutanasia) me llevan a volver a tenerme en cuenta, a no pagar ningún peaje del que no esté convencido, a poder andar entre mis ruinas sabiendo que esta guerra iba a traer esto.

No puedo quererte bien si no me quiero, y eso sólo puede salir si dejo de escuchar el ruido y me escucho atentamente. Ése es mi propósito de año nuevo: hacer las paces conmigo.

Bailemos un bis