Ojalá lloviera infinito. Ojalá la lluvia fuera una interminable manta gris, un llanto inacabable por nosotros.
Ojalá los campos, los cielos, los mares, los infiernos, las calles y las plazas, los lugares que vivimos, se llenaran de lágrimas de lluvia.
Ojalá nunca dejara de llover, nunca doliera la tristeza. Ojalá el agua arrastrara las hojas secas, las pieles muertos, el dolor inabarcable que puebla nuestras vidas.
Ojalá no quedara en el mundo, salvo la lluvia, tú y yo.