Déjame dormir a tu lado. Déjame curarme con tu abrazo , que éste cierre todas las fatigadas heridas que la vida y los hombres me procuraron con su egoísmo .
Déjame colgarme de tu risa, prenderme de tu falda; dibujarte en la espalda otro corazón, tan grande , que los atlas no pudieron recogerlo, que los navegantes malograron sus naves, buscando inútilmente sus confines.
Déjame beber de la esperanza que mana jubilosa de tus pechos; que promete felicidad a aquellos que nunca rindieron sus pendones al olvido, al dolor, a la tristeza, a los trasgos que roban la paz de la mesa del pobre de espíritu.
Déjame dormir a tu lado, y cúrame del mundo y de la vida. Déjame morir a tu lado y dame así la paz, la ternura, la poesía que hay en tu boca y en tu abrazo.