Se me escapa el aire de tu boca,
cuando pienso que tú duermes,
y yo,
aquí,
donde el olvido gana su nombre todos los días,
no dejo de echarte de menos,
no dejo de pensarte.
Así que construyo nuestro sueño,
a tu medida y a la mía,
si reparar en gastos,
fastos y oropeles.
Y me subo a las torres
a llamarte,
a iaginarte desnuda
a la luz de la luna,
bañada por las estrellas y mis manos.
Y sueño
Sueño contigo y con soñarte,
sueño con esos despertares tuyos,
sueño con que un día
nos rindamos sin condiciones
a la risa, al abrazo,
a los besos sin medida,
a comernos a bocados
el mundo
la vida
y los labios tan bonitos
que me saludan todas las mañanas
que duermes a mi lado.
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