Siempre te busqué en la letra de los cantautores,
en el Madrid de Los Secretos
y en el hueco que te guardaba en mi cama.
Hasta mi almohada tenía un sitio
reservado para poner tu nombre
cuando aparecieras en mi vida.
Entonces apareciste.
Y todas las señales tuvieron sentido,
todas las canciones te nombraron,
y contaron nuestro pasado,
predijeron nuestro futuro
y bendijeron nuestro presente.
Hasta mi almohada fue bautizada
con tu nombre
para que, hasta que te vengas a mi vida,
poder abrazarme a tu recuerdo todas las noches.