Te grité un océano sin fondo
mientras pintaba tu retrato
en la fachada del Empire State.
Hoy encuentro los restos de mis gritos
desesperados, desgarrados,
cogando sus jirones y sus vergüenzas.
Hoy te pido perdón y que me mates,
que acabes con este dolor que yo te causé,
que me digas que nunca más querrás verme.
Te pido clemencia, te pido que te vengues.
Necesito ver mi sangre, sentir mi muerte.
Suplico que el dolor arranque más gritos.
Fui yo. Merezco condena. Garrote vil.
No quero perdón ni compasión sin ti,
no quiero la condena eterna de añorarte.
Necesito paz. Amor. Ternura. Esperanza.
Justo todo lo que te robé con mentiras.
No puedo pedir aquello con lo que acabé.
Te quiero como nunca he querido a nadie.
Te necesito como la sangre que me navega.
Te espero infinita para poder vivir.
Necesito saber que aún me quieres,
que aún guardas en tu mente mi hueco
y el sitio de antes en tu corazón.