Vine de otro mundo y de otra guerra, cargado de penas, sueños, cicatrices y errores.
Vine hecho pedazos, con mil historias olvidadas y enterradas en la memoria.
Vine. Pero fuiste tú la que llegaste. A construir un refugio, a sembrar la esperanza, a dibujar un camino.
Sigo aquí, sintiendo esa prisa en el alma, ese sol en el rostro y esa sensación de que todo cambia.
Nada sé de penas, cicatrices, sueños, errores y mil historias; tan sólo que vine, que viniste, y las preguntas se agolparon a mis puertas.
Sigo siendo canción que suena cuando te ve.
Sigo siendo muchas más cosas.
10 días en los que todo se ha convertido en una única pregunta: ¿Por qué no?