Día 4 sin ti

en
Acuérdate, Rebeca Jiménez
Siento el frío en los huesos,
crimen y castigo,
y te busco en las desiertas paradas de autobús de mi alma.
Sigo construyendo el refugio,
sigo apuntalando las ruinas de mi vida,
con la esperanza de que los pájaros señalen la ruta que nos une,
de que el tiempo cierre las heridas luminosas.

Siempre suele ser una cuestión de esperanza;
una suerte de crédito vital que viene y va,
al albur de la inflación del corazón.
Y ahora,
cuando sientes que todo está perdido,
te encomiendas al patrón de los imposibles,
de los dientes apretados,
del resistir a toda costa y aprender de los errores.
Al patrón que te asiste
cuidando de la esperanza
y de los muebles
y de las flores
y de las risas.

Construir. Siempre construir.
Parapetos, trincheras.
Pero jardines, cenadores.
Sujetar los andamios
que sustentan la esperanza.
Caminar con la determinación
que sólo caminando,
que caminando solo,
llegaré a ocupar
el hueco que dejaste.

Así que cuando fallan las fuerzas,
desfallece el corazón
y la aurora se retrasa,
queda construir lo correcto,
esperar tu llegada,
que aquí siempre hay un sitio
para cuando puedas volver.