El sol ilumina tu cara mientras bebes cerveza y me sonríes. El mundo se ha parado en el aleteo de una mariposa, en el silencio de los campos helados de la Alcarria, y todo es paz. Todo es silencio. Todo eres tú. Entonces te vuelves a reír, coges mi mano, me abrazas; y el mundo vuelve a ser un lugar donde una vez hubo hadas, princesas y dragones, y todo, absolutamente todo, encaja para decirme que tú eres el lugar que tanto he buscado.