Porque tú llenas de color este lienzo gris que era mi vida. Porque tu risa es mi sangre y tus manos mi corazón. Porque sin ti esta casa es grande y oscura y me sobran las camas y las toallas. Porque falta tu luz para iluminar los pasillos y abrir las ventanas. Porque tú, aunque no lo quieras admitir, sigues dejando tus miguitas para sacarme del manicomio. Porque tú haces de este mundo un lugar mejor.