Nudo de corbata

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Acabo de coger una corbata y hacerme el nudo. Recorrer de nuevo los pasos táctiles implementados en la memoria, los nudos enrevesados en el espacio tridimensional.

Un nudo de corbata evoca las viejas batallas. Los nervios a flor de piel, la incertidumbre que arrastra el azar, lo desconocido, el sabor metálico del miedo. La elegancia que tienen las situaciones que se recuerdan.

Una corbata puede ser un rito de engalanarse para darle batalla a la vida y las malas personas.

Pasó el 20 de abril y no te recordé. Por la guerra del mundo y la mía propia; porque hace tiempo que no te veo ni te busco. Llámame.