Estoy, como todos, confinado. Y, a pesar de estar muy a gusto teletrabajando, no sé por qué abandoné las entradas en este blog… Será la rutina que ha volado por los aires, será que he enfermado de tu ausencia, y trato de buscarte en fotos y en las redes.
Debe de ser que, sin otro sentido a mis días y a mis noches, te vuelvo a buscar, a preguntarme qué estarás haciendo ahora, quién escuchará tus silencios, por qué todo acabó así.
Y cada vez más vacío y más guerra y menos motivos para salir al balcón a aplaudirte, porque sé que no pasarás, sé que nada tiene ya sentido salvo la sombra de tu pelo y tu risa. Prometo escribirte, aunque solo sea para recordar lo solo que me siento desde que no te tengo.
Seré breve: ven