Miedo

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Pasa una semana, donde se acentúa el poso de rabia, de desesperación, de preguntas sin respuesta y de ansia por querer correr, por querer solucionarlo todo de un mero plumazo, insensible; sedicente solución.

Se abre ante mí un abismo, un precipicio oscuro del que huí hace 4 años, pero ahora sigo ahí delante, con la negrura de mi propio ser amenazándome, con ese inconformismo, quizá rebeldía, quizá vestigios de un sagitario que nunca existió, que tan lejos me lleva, que tanto me cuesta personalmente.

Y ahora vacío, tratando de llenar los huecos personales y profesionales que quedaron completamente vacíos durante este ínterin, durante ese estadio, ya pasado, como si de un mal sueño se tratase.

Pero me doy miedo. Miedo porque no sé responder a muchas preguntas,porque no quiero enfrentarme a mí mismo, a ese mí mismo vacío. A ese mí mismo que hace 4 años tenía decisiones tomadas, y que su dilación no han traído más que un vacío que me asusta.

Porque me da miedo responderme.