Con todo lo que he sido, hace tiempo que no me dueles, ni tú ni nadie. Hace tiempo que no deseo salir a bailar y a cantar y a beber, en busca de esperanza. Será porque queda poca.
O será esta lluvia que arrecia, arrecia, arrecia fiera y cobarde y no me deja casi respirarte.
Y miro tus fotos y pienso tus recuerdos y no me dueles; me refugio en pequeños y sucios placeres, pero la urgencia todo lo corrompe y pudre hasta la raíz.
Y no vienes a salvarme, ni apareces en la madrugada o en la inesperada sonrisa de una desconocida. Mientras sigo solo, esperando que la poesía y tu voz me salven de mi vida.