Cansado de que esta guerra mía no sea nuestra sino tuya y mía. Pronto llegaré a una vuelta de tuerca maliciosa, entre un campo de batalla erizado de picas, cadáveres y desolación. Sigo queriendo llegar a ese punto, pero por las noches cierro los ojos e imagino que hueles a melocotón y jazmín. No sé cuánto cuesta todo este dolor de no tenerte en mi cama ni en mi vida. Cerrar los ojos y siempre retornar al mismo infierno.