Todo el fin de semana leyendo ciencia ficción, toda la tarde de domingo poniéndome melancólico con recuerdos de la niñez que han aflorado de manera subrepticia, inadvertida e inesperada. Las canciones de Luis Ramiro que vuelven a recordarme que de ilusión no se vive, que esto no va ser como una película, que no podré recorrer Madrid de tu mano.
Malditos domingos.