Nunca dejes de caminar

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Caminar significa poner un pie delante del otro y darte impulso. Repetirlo una y otra vez, nunca cejar en el empeño. Porque, caminando, uno tiene la certeza de que al cabo de cierto tiempo, tras poner un pie delante del otro muchas veces, uno acabará en otro sitio diferente a aquel de donde salió. Siempre hay que pelear por caminar, por llegar a otro sitio, por patear este mundo, inasequible al desaliento, sin dejar de hacerlo nunca. Por poco o mucho que cambie el paisaje, por lentos que parezcan los pasos, por duros que éstos sean, por mucho esfuerzo que cueste. Siempre hay que caminar hacia algún lugar, aspirando que sea mejor o que, simplemente, sea distinto.

Desde hace poco, he empezado a caminar otra vez.

Voy a terminar con esto, antes o después, y contigo al lado.