Lágrimas en la lluvia

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No sé si fue Luis Ramiro en vena, con su monstruo en el armario, o los Beatles cruzando Penny Lane, o fue todo lo que cayó durante el día y la noche, todo el día llovió, toda la noche lloviendo, deseando perderme de una vez por todas contigo, ahora que sólo aspiro a rendirme y a exiliarme allí donde nadie sepa mi nombre, donde el viento me arrase, donde nunca pare la lluvia, donde todo seas tú.

Siguen mis inexplicables ganas de llorar entre tus manos.