Vuelvo a Madrid, hoy de la mano de Dani Flaco y Luis Ramiro (me viene a la memoria la canción Ismael Serrano, Vuelvo a Madríd). Porque todo sigue sin sal ni aliño, nada sabe igual sin la esperanza de un futuro mejor.
Vuelvo a Madrid en mis viajes relámpago, esta vez con compañía. Pero Madrid es para estar solo o para vivirlo contigo, no admite medias tintas ni soluciones de compromiso.
Todos los días miro el agujero que hay dentro de mí, me temo que cada día más grande, cada día devora más y más estancias de mi interior, esa especie de casa tomada de Cortázar que, a este paso, tendré que abandonar.
Porque no hay nadie ya que me salve de mií mismo, totalmente desorientado, sin saber a qué o a quién agarrarme, deseando salvación, deseando un alien divino, mientrass destruyo a quienes me rodean, disparando a todo aquello que se mueva, persona, animal o cosa. Todo me pesa, todo me apena. Lo único que deseo es dormir, ser feliz como un tonto, despertarme y dar las gracias al mundo por tenerte en mi cama.