Se equivocó la paloma. Me equivoqué siguiendo la estela de un mal cometa, oyendo cantos de sirenas. Me estrellé contra las rocas por no ver a la serpiente.
Por eso, ahora que estoy perdido en el fragor de la batallo, en el marasmo de los hospitales de campaña, sólo anhelo sobrevivir las embestidas de la serpiente, de las ratas, de los enemigos que me acosan, de las traiciones…
Por eso quiero vivir en paz, despertarme a tu lado sin un mañana amenazante, mirar tus ojos y llorar dando gracias a dios por tenerte ahí. Morirme un rato.