Perdido en el mundo, viendo el reflejo de mi imagen macilenta, desgastada, en la ventanilla del metro. Todo ha dejado de tener sentido, incluso tú. No echarte ya de menos ha dejado un vacío infinito, inconmensurable en mi corazón, en todo mi ser. Deseando rendirme y acabar con todo, deseando morir para dejar de sentir todo esto, para dejar de no sentirme más. Porque ahora intento dibujarte a mi lado pero no puedo, no hay motivo. No nos queda nada ya, previsiblemente porque yo ya no soy el que era, no soy nada, se ha acabado mi tiempo.
Creo que la próxima será una confesión en toda media regla.