No está el aire propicio
para escribir(te) poesía.
Esta vez no se borró ruta alguna;
se abrieron nuevas cicatrices,
bregaduras,
(aprendo palabras en mis libros)
surcos hendidos por este mundo cruel,
por este error que yo llamo amor
y tú llamas hasta pronto.
Sigo añorando tu cuerpo en mi cama,
tu risa en mi espejo,
tu pelo en mi cara.
Pero sólo tengo
mercenarios hoscos
que recorren las sendas oscuras de mis recuerdos,
ignotas, ceñudas.
Sendas cargas de muerte y de tristeza.
De ausencia, de dolor.
Sigo echándote de menos
aun sabiendo de mi error,
que siempre fuiste tú.
Sigo esperando tu llamada,
tu WhatsApp,
tu compasión.
Espero trenes,
tiempo,
lluvia y nieve,
dolor.
Te espero incluso a ti.
Lo único que ya no espero
es tu amor.