Sigo sin poder encontrar tus imágenes en la memoria, sigo desconfigurado, disparando a las sombras que me rodean; alguna bala acertaré.
Sigo escuchando música trsite y desgranando días sin ganas, apático, indiferente, sin orden ni concierto, sin más ilusiones que estirar el tiempo y la esperanza para que llegue al final de este trayecto en tren por la fría estepa.
Estoy para entrar en el taller y repararme de principio a fin, para que me laman las heridas y averigüen si queda en mí algo que valga la pena, ciego de ira, dolor y desidia.
Tanto, que ni siquiera quiero que me salves.