un septiembre en Santiago
Casi tan desmotivado como siempre, con ganas de tener ganas. Ahora mismo, descentrado y desorientado, echo de menos echarte de menos, añoro y extraño el tener motivos para morir. Nada queda ya de todo aquello, ni siquiera la esperanza de ser tan desgraciado como antes. Realmente nada vale la pena, realmente lo perfecto no tiene por qué coincidir con lo bueno.
https://youtu.be/Y55E21cyC9o