Mi chica revolucionaria

en

Cansado, hastiado, derrotado
de esta vida pret-a-porter,
canónica,
completa y adecuada,
en la que faltas tú,
cuando la música diagnostica mi melancolía
y tú me miras
y todo encaja
y nada pesa.

Sigo en mi camino paralelo
a esta calle sin salida en la que habito;
sigo buscando esa voz,
sigo en caída libre
mientras lanzo mis S.O.S.
…—…
y sigue todo sin responder,
el puzzle sigue descompuesto.
Sigo tirando de manual,
la esperanza en la mochila,
buscando en el muslo mi pistola
mientras suena la tétrica trompeta.

Que me faltas tú
y me falta la música
y la noche
y el silencio
y la esperanza
y los besos
y el olvido.

Todo me sobra
en este desierto de risas,
en este vacío insondable
donde todas noches
se abisman las lágrimas de mi corazón.

Y a mí
¿quién me cura las heridas?