El precio del poder

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Suena la música de Fredi Leis, mientras respondo a preguntas y entrevistas de toda esta maquinaria y tramoya que mantiene los decorados en pie. Las letras de Fredi no dejan de recordarme lo que he perdido, quizá lo que nunca he tenido. Añorar la deseable levedad de no ser, olvidarme por un poco del mundo mientras te miro dormir, ser feliz con un abrazo y unas risas. Rendirme para dedicarme a ver las horas pasar. Necesito paz y redención. Empieza el mundo a subir la intensidad de los ataques y yo sin ganas de echarte de menos.