Cumplo con la tradición. Mucho años, desde el 90, desde el último 20 de abril. Moviendo todas las piezas para conformar esa defensa siciliana que me permitirá usar el último torpedo, la última bala, el último hombre. Todo a la última carta, vulnerant omnes, ultima necat.
Al final tenían razón los agoreros y los heraldos negros. Al final hay que tirar de manual.
Sin cuerdas a las que asirme mientras el suelo se hunde bajo mis pies, sigo buscándote, sigo buscando a quien salve mi cabeza, a quien me libere, quien ponga mi contador a cero, quien suture mis heridas y mis miedos. Demasiados sueños pendientes y sigues faltando tú, que me cures las heridas.
Cualquier tiempo pasado no fue nada sin ti. Siempre me gustaron las mujeres con pasado y los hombres con futuro.