Parón de fallas. El interludio en las clases, tan esperado como deseado, se viene abajo por momentos y sigo buscando asideros mientras caigo por el pozo junto a Alicia. Echando de menos a amigos y gente que lo hizo todo por mí, buscando ahora sólo paz, que las ganas de guerra siempre llegan cuando oigo los tambores lejanos.
La esperanza es para los débiles. Sólo la desesperación nos mantiene en la brecha.