A veces encuentro momentos de soledad, en los que podía y debía disfrutar del momento. Pero soy incapaz.
Incluso haciendo lo que me gusta, no puedo evadirme de la realidad, de la pléyade de problemas que me asaltan, día noche, en sueño y vigilia.
De los malos, dignos de película mala. Malos de serie B, con muy mala baba y poco futuro en el séptimo arte, pero salario asegurado en esta tierra cainita.
Por eso necesito un rescate: sálvame de esta conflagración para poder volver a ser algo.