Esto era un poema
pero el día gris y el ser humano
han destrozado los propósitos.
Así que esto no es un poema.
No lo es
porque los poemas
o son poemas de amor
o no son nada.
Me encantan los días grises.
Voy a encerrarme en el despacho,
apagar la luz,
ordenar las ideas.
Odio al hombre como especie.
Odio su egoísmo,
su levedad,
su odio,
su ceguera,
ya que ciegos de ambición,
estropean el mundo
con sus palabras mendaces,
con sus traiciones públicas.
Me gustaría poder decir
que te echo de menos.
Pero no sé mentir bien,
y este no-poema
no puede hablar de ti.
Quizás…