Después de tanto tiempo
he perdido las ganas
de escribirte «Vuelve» en la espalda.
Supongo que habrá sido eso,
el tiempo,
que todo lo desguaza,
la rutina que todo lo muele,
tu desdén, tu indiferencia,
tus mentiras cotidianas
y los enemigos de la vida.
Es lo que suele ocurrir
cuando se deja crecer la hierba en el jardín.
Ahora lanzo mis bengalas,
pido socorro,
busco recuperar
lo que tuve,
lo que sentía.
Sigo queriendo cambiarlo todo,
y sé que mejor sin ti que contigo.
Pero siempre hago lo correcto,
hasta que,
con un poco de suerte,
un día se muera mi corazón.
Necesito…