Echo de menos mi trabajo, mis compañeros. Los retos y trabajos que sirven para algo, que reconfortan. Necesito soledad, café, correr, soñar que puedo tenerte (seas quien seas). Esto acaba conmigo; yo, que no vine sino a dar lo mejor de mí mismo, me encuentro en desigual batalla peleando por salvarme de los pobres de espíritu.
Mi estómago se resiente con los nervios de este infierno poblado de demonios, y sólo quiero alejar de mí a las personas tóxicas, sólo quiero despertarme feliz, satisfecho. Sólo quiero que entres e ilumines la estancia.
Estoy pidiendo SOS, salvación, cuartel. Inundo el mar de mensajes en la botella pidiendo tu número de teléfono.