Porque todos los poemas necesitan su musa, me faltas tú.
Me faltan noches estrelladas, en todos los sentidos.
Tu pelo, tu risa,
dos kilómetros de despreocupación,
rizos rubios, melena negra.
Me faltan toneladas de esperanza
descargadas en la puerta de mi casa.
Porque todas las musas
tienen un poema
me faltas tú para escribirte la dedicatoria,
que no tengo bastante con buscarte a escondidas,
con bailarte desde lejos,
con cruzarme en la calle,
con mirarte en el Face.
Que necesito que me des paz
para luego robármela,
que necesito mirarte mientras duermes,
que necesito encontrarle sentido
a los días,
al mundo,
a la cama.
Esconderme entre tus brazos,
reparar el alma,
desear los domingos
y los lunes a tu lado.
Necesito tu mano
para volver a ser yo.
Que rompas mi soledad
y mi tristeza
con caricias y con besos,
con libros, música y sol.
Necesito ternura
para brotar de nuevo.
Sálvame.
Quédate.
Llámame.
Bésame.
Acúname.
Hasta la próxima mirada.
Hasta el próximo «Hasta luego».