Me pierdo esta semana un concierto de Luis Ramiro;
me piden que dedique entradas en mi blog y no sé qué poner;
me gustaría escribir aquí algunas verdades a algunas personas, pero hay demasiados lectores que sabrían a quién van dirigidos los dardos o los abrazos;
la desesperanza se ha instalado con armas, bagajes y meretrices, y no me apetece asediar tus caderas,
prefiero dormir y esperar a que escampe esta tormenta,
prefiero echarte de menos en mi cama,
prefiero buscarte a encontrarte,
prefiero afinar mi puntería y darte entre las tetas, justo donde tienes tu corazón.
Busco una rendición y un rescate en toda regla.
No debí saber de tu maldita dulzura,
no debí conocerte.