Y más en estos momentos. Ahora mismo ya no sé si es resignación o indiferencia, pero me sigue faltando un centro de gravedad, un lugar donde sentarme y leer el libro de Emilio en paz, un lugar donde querer volver, donde estar en paz. Por un tiempo creí que pudo ser, pero me equivoqué.
Voy a buscarte. No te escapes. Déjame contarte una historia, déjate convencer.