Esperas un día despertarte a su lado , y mirarla, y saber que no hay nada ni nadie más, sólo ir a desayunar y pedir dos croissants y comprar el periódico y decidir dónde ir a comer. Ese día no habrá rencor ni remordimientos ni recuerdos, ni siquiera un futuro, porque sólo hay presente a su lado. Pero el tiempo pasa y ese día no llega.