Hay pocas personas en las que confío ciegamente. De ésas que si me dijeran «salta por esa ventana» lo haría sin dudarlo. Algunas de ellas no lo saben, pero sí, se lo han ganado sin pretenderlo, que es la única manera de hacerlo. Hoy va por ella. Aunque no lo creas, me doy cuenta de más de lo que parece.
Sólo necesito centrarme para liquidar a los malos, guardar en la nevera mis principios mientras dura la carnicería. Me estoy entrenando, sólo tengo que creérmelo.