Hoy ha sido una tarde entrañable. Por extraños motivos, extraña y poderosamente enraizados en mi niñez, he acabado conociendo a personas que siempre he admirado, y no hay nada mejor que decírselo a la cara.

Esta situación personal mía hace que ahora tenga el privilegio de conocer a mucha gente, y que muchos vecinos míos se acerquen y hablemos de temas que de otra manera jamás se darían esas circunstancias. Para mí es un gran honor, aunque espero que, como a Fezzik, no se me suba a la cabeza y me convierta en un rey desnudo.

Buscando contribuir a mi consuelo en tiempos oscuros, alguien me ha dicho que he pasado a la historia. Quizá sea así, para qué negarlo, pero no es mi objetivo pasar a la historia. El objetivo es cambiar algo para mejor. Si merece o no pasar a la historia lo dirá el tiempo o el azar, pero sí que hay que intentar que cada paso no sea en vano.

Y de lo demás, sigo soñando con perderme en tu casa, entre tus sábanas y tu risa, en no preocuparme por el mañana. Sigo soñando. Contigo.