Ayer estuve pensando. Mucho. Todo el viaje de vuelta a casa en silencio, sin radio, conduciendo. Pensando. Repasando las páginas del «manual para hundimientos generalizados». Tengo bastante dispersión en todos los frentes. Simplemente hay que hacer lo que toca, hacer lo canónico. Orden y control. Va a haber cambios. En absolutamente todo. Es lo que toca.
Siempre nos quedará París, Madrid, Berlín. Aunque no lo compartimos nunca.