En la universidad, esperando a dar esta mi primera clase. Oyendo a Luis Ramiro en los auriculares, cerrando brechas y esperando que el reloj se detenga en la hora. Esto da sentido a muchas cosas,a demasiadas. Me preocupa que mi trabajo se haya convertido en el pilar que me mantiene cuerdo, mientras todo lo demás, todo lo personal, me abisma en el infinito.
Por cierto, haré una entrada con todo lo que contiene ese maletín que arrastro allá donde voy. Dice mucho, quizá demasiado, de mi personalidad. Cosas de hacer tiempo hasta que empiecen las clases.